Jesús nos dijo que si nos reunimos en su nombre, él estará presente, garantizando de esta manera su presencia en nuestra comunidad; quien es el signo sacramental de la continuidad de la presencia de Jesús en las nuevas generaciones. La comunidad está comprometida a mantener la fe, el esfuerzo del amor y la firme esperanza en la resurrección.
Esta muy claro que en el ideal del reino de Dios cada persona se gana su lugar por mérito propio, pero para entrar en el debes tener el corazón como un niño y confiar plenamente en Dios, saber y ser consciente que todos somos iguales y no sentirte superior a nadie. Hay que buscar la unión comunitaria que no consiste en compartir todos el mismo pensar, sino en sentir con un solo corazón y una sola alma. No es sólo tolerar a los que piensan diferente, sino respetarlos.
La comunidad apostólica vive y debe vivir en continua fidelidad al Evangelio, en unión fraterna y solidaridad entre sus miembros, respetando y cuidando a los más débiles, corrigiendo y perdonando a los que han perdido el camino; una comunidad que se une para la oración, soluciona sus conflictos a través del diálogo buscando siempre un consenso.
La comunidad es para nosotros una escuela de comunión que nos impulsa a hacer de nuestra vida fraterna, un signo de la presencia del Resucitado en nuestro mundo.
Muchas veces la gente pregunta si vivir en comunidad cristiana es un requisito para su salvación. Estas personas están interesadas en saber qué necesitan hacer para no ir al infierno. La pregunta no debería ser si vivir en comunidad es tu boleto al cielo, sino preguntarte si vivir en comunidad te va a ayudar a ser un mejor cristiano, desarrollarte más espiritualmente, y dar un mejor testimonio al mundo de Jesús; si en verdad son personas que quieren seguir a Cristo, les debería causar inquietud el hecho de no querer estar en comunidad con otros cristianos que también quieren seguir a Cristo.
Hoy en día, lamentablemente encontrar un grupo de personas que estén comprometidas de verdad a seguir a Cristo parece ser muy difícil. El mundo está lleno de iglesias donde se pretende estar en comunión por un par de horas a la semana , y muchas veces te llaman "hermano" porque simplemente no recuerdan tu nombre.
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