La persona de Jesucristo: el proyecto de Jesús. El anuncio del
Reino, las parábolas del Reino. Exigencias del Reino de Dios y el
seguimiento de Jesús. Los valores del Evangelio.
Jesús no discrimina,
ni hace menos a los enfermos, ni a los pecadores, porque él es el enviado para
curar al enfermo, para perdonar al pecador. No tiene miedo de tocarlos y tener
contacto con ellos, lo que en ese momento es visto por la sociedad como algo
malo y escandaloso. Jesús es el
mensajero, nació para anunciar las
bienaventuranzas del reino de Dios.
Jesús proclama el mensaje del reino de Dios, es una nueva sociedad
basada en igualdad, fraternidad y solidaridad. En este reino de Dios no se
toleran las marginaciones, quien quiera ser el primero debe ponerse de último,
es por eso que los preferidos son los menos afortunados. Jesús pone al mundo al
revés, puesto que irrumpe en las situaciones establecidas y proclama la
dignidad de todos los que son despreciados y marginados. Jesús nos revela manera en que actúa Dios y siendo
el Padre de todos los hombres solo quiere igualdad entre sus hijos.
Conoces verdaderamente a Dios viviendo de cerca y siendo solidario con los hombres y mujeres que la
sociedad desprecia. Amando y respetando al prójimo, sólo así podrás conocer
realmente a Dios.
Jesús es original porque no se adaptó y mucho menos se pareció a ninguno
de los modelos ya preestablecidos por la sociedad de aquellos tiempos. En Jesús se manifiesta Dios y se da a
conocer, ver a Jesús es ver a Dios; por eso como Dios es irreductible a
cualquier modelo humano, Jesús rompe los esquemas y está por encima de
cualquier modelo preestablecido; por eso nos sorprende a cada rato incluso nos
desconcierta con su forma de ser.
Jesús es radical porque fue dedicado y se entregó completamente para
buscar el bien del hombre, su liberación del sistema establecido; porque su
amor y su fidelidad no tuvieron límites.
Jesús es coherente porque fue fiel al Padre y al hombre, una fidelidad
le llevó a la otra; porque sabía que cuando una de las dos falla, se corre el
riesgo de convertirse en fanático y olvidar los principios.
Cada persona se crea su propia imagen de Jesús para que encaje con sus
inclinaciones personales y con su propia manera de vida. Esta imagen es lo que
determina la espiritualidad de las personas y la comprensión del cristianismo.
Para mi Jesús es la personificación de la libertad, la nobleza, el
equilibrio y sobre todo, del amor. Jesús
no desprecia nada lo ama todo, y ama a todos y a cada uno con amor personal e
inconfundible. Pero no se deja sobornar ni subyugar por nada ni por nadie.
Tiene y mantiene siempre una plena y absoluta libertad interior y exterior.
La principal meta en la vida de nosotros los cristianos debe ser una
imagen perfecta de Jesús, así como Él es una imagen perfecta del Padre.
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